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Por: Meigan Díaz Corona / Estudiante Diplomado de Ingreso al Servicio Exterior Mexicano- CIBEI
A diez años de su creación, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) ha colaborado con una amplia red de actores para enfrentar retos globales con distintos esquemas de cooperación (bilateral, regional, triangular, entre otros.) y con diferentes áreas de acción (académica, cultural, humanitaria, etc). Aunque los esfuerzos de cooperación mexicanos se han concentrado principalmente en Mesoamérica y el Caribe, países de Aisa y Europa han tenido un rol prominente en la oferta de cooperación técnica que México ofrece a los países en América Latina y el Caribe también. En este sentido, el presente ensayo busca analizar los principales hitos de cooperación técnica y científica entre Japón y México así como aquellos entre México Alemania. El ensayo analiza cómo la cooperación entre ambos países ha contribuido al desarrollo de México con ejemplos de cooperación bilateral y para cada país se analizan dos ejemplos concisos de cooperación triangular que han fortalecido la proactividad de México en la oferta de cooperación internacional a países en Latinoamérica.
En primer lugar es relevante destacar que la cooperación técnica y científica es aquella que se ofrece mediante la “transferencia e intercambio de recursos técnicos, pericias, información especializada, innovaciones científicas y tecnológicas, experiencias y conocimientos que permiten el fortalecimiento de capacidades institucionales” (AMEXCID, 2018). En el caso
mexicano, la cooperación técnica y científica se ha enfocado en los sectores prioritarios de salud, medio ambiente, educación, infraestructura, agricultura y, por su puesto, ciencia y tecnología. En este sentido, experiencias de colaboración que compartan buenas prácticas y conocimientos en estas temáticas son relevantes para el presente análisis (AMEXCID, s.f.).
Asimismo, como punto de partida, se comprende como cooperación triangular a proyectos de cooperación diseñados, financiados e implementados conjuntamente por un donante es decir, un país industrializado que es miembro del del CAD1 , “un país emergente que puede actuar como oferente Sur y un tercer país receptor en calidad de beneficiario” (GIZ, s.f.) Ambos países, Alemania y Japón, han sido aliados fundamentales en la cooperación triangular en América Latina en donde el conocimiento compartido con México ha sido posteriormente transferido a
países latinoamericanos.
Algunos casos emblemáticos de cooperación triangular se han dado en el marco de la cooperación sino-mexicana. Antes de abordar ejemplos concretos, es relevante destacar que la colaboración entre ambos países ha sido longeva y precede a la fundación de la AMEXCID. Por ejemplo, en el marco del terremoto de 1985, México recibió a expertos japoneses para aprender sobre sus investigaciones y avances tecnológicos, asimismo en 1986 ambos países firmaron un acuerdo de cooperación técnica que ermitió la difusión de avances tecnológicos en materia sismológica a México, asimismo, Japón propocionó al gobierno mexicano los recursos para la construcción del CENAPRED (Morales-Fajardo & Mejía, 2020). Derivado del conocimiento que recibió México en el 2001 comenzó el proyecto de cooperación triangular “Taishin”, para la reducción del riesgo de desastres naturales en el Salvador, en este, el país centroamericano recibió así asesoría de México.
En el panorama contemporáneo, la oferta de cooperación entre Japón y México se coordina a través de la Agencia para la Cooperación Internacional de Japón (JICA). Ambas agencias coordinan el Programa de Cooperación Conjunta México Japón (PCCMJ), el cual ha impulsado en los últimos años la ejecución de innovadores proyectos de cooperación científica y técnica que han sumado al desarrollo de nuestro país y, a través de la cooperación triangular, al de otros países en América Latina también (Miyamoto, 2016).Un ejemplo más reciente de la cooperación científica entre México y Japón fue el “Proyecto de Desarrollo de la Cadena de Proveeduría del Sector Automotriz en México”, el cual comenzó un año después de la creación de la AMEXCID y consistió en asesorías impartidas por técnicos japoneses a Pymes en Nuevo León, Querétaro y Guadalajara para mejorar “terminados en inyección de plástico, foja fría, estampado y troquelado”. Similarmente, Japón ha brindado capacitaciones tecnológicas de mecanismos de formación de ozono y compuestos orgánicos volátiles (Miyamoto, 2016).
Ahondando en la cooperación triangular, un ejemplo reciente en el área de salud corresponde al conocimiento que compartió Japón con México en cuanto al diagnóstico y tratamiento de cardiopatías con técnicas mínimamente invasivas enfocadas en el Método TRI del 2014 al 2019. En otras palabras, Japón cuenta con experiencia en un tratamiento para mejorar el flujo de las arterias del corazón denominado Intervención Transradial o “TRI” que cuenta con menor riesgo de complicaciones y sangrado en comparación con el método generalizado en Latinoamérica denominado “TFI” (AMEXCID, 2019).
Considerando la relevancia del Método TRI, se capacitaron a 116 cardiólogos mexicanos en esta técnica y se creó el centro de entrenamiento virtual en técnicas de cirugía mínimamente invasiva en el 2016. Partiendo del fortalecimiento de México en dicha técnica, México asumió desde el 2019 y hasta el 2021 el rol de cooperante para difundir el conocimiento con otros países de América Latina y en el 2019 la AMEXCID y la JICA impartieron un curso de generalización de la técnica a cardiólogos de Bolivia, El Salvador, República Dominicana y Perú (AMEXCID, 2019).
Como es posible observar, Japón ha sido un aliado estratégico para el desarrollo sostenible en México y en América Latina con proyectos principalmente centrados en la salud, la simsmología y la industria automotris.
Alemania también ha sido un socio estratégico de México en términos de cooperación científica y tecnológica. De manera similar a Japón, las actividades de cooperación también preceden a la creación de la AMEXCID, ya que tiene sus orígenes en tres fundamentos legales firmados en 1974, 1996 y 1997, los cuales son “el Convenio Básico sobre Cooperación Científica y Tecnológica; el Acuerdo Marco de Cooperación entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobierno de la República Federal de Alemania y el Convenio de Cooperación Técnica entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobierno de la República Federal de Alemania” respectivamente.(Medel, 2013) En la actualidad, la cooperación técnica y científica Alemana ha estado centrada principalmente en la promoción del desarrollo sostenible a través de iniciativas ambientales en México, pero no se limita a proyectos en este sentido, ya que ha contribuido de manera relevante con iniciativas en materia de derechos humanos, migración e implementación de agendas globales también.
A partir del 2010 la Agencia Alemana de Cooperación, GIZ por sus siglas en Alemán, por encargo del BMU y BMZ abrió sus oficinas en la Ciudad de México para gestionar la operación de proyectos bilaterales y de cooperación triangular con países latinoamericanos. Uno de los principales proyectos de cooperación bilateral en cuestiones de cambio climático entre México fue el Programa Mexicano-Alemán para NAMA*2 que operó del 2011 al 2015 para contribuir a 2 Acción Nacional Apropiada de Mitigación mitigar los efectos del cambio climático en México en la vivienda, las pymes y los medios de transporte (Medel, 2013). Asimismo, no puede ignorarse que por ocho años la GIZ contribuyó a al Fortalecimiento institucional de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo a través de un proyecto homónimo (AMEXCID, 2020).
En lo que se refiere a proyectos de cooperación técnica y científica ambiental, destacan dos ejemplos en materia de medio ambiente. El primero consistió en el tratamiento de aguas residuales. Después de que Alemania brindara cooperación en este rubro a México, la Comisión Nacional del Agua brindó asesoría a comunidades bolivianas “en torno a la manera en que éstas pueden mejorar su infraestructura para aguas residuales” (GIZ, s.f.). Como resultados del proyecto se capacitó a 46 técnicos y servidores públicos de Bolivia en México en el marco legal del agua y el reúso de aguas tratadas; se rehabilitó una planta de tratamiento y se brindó asesoría sobre la el reúso de agua tratada para cuestiones agrícolas a seis municipios (GIZ, 2014).
Otro ejemplo de cooperación triangular vigente hasta el 2017 fue el desarrollo de un sistema de observación de la tierra en Colombia junto con el apoyo de México y Alemania. Anterior a esta acción de cooperación, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad de México (CONABIO) estableció un departamento que investiga a través de imágenes satelitales intervenciones como incendios forestales y los efectos del cambio climático en México con el apoyo de la GIZ. Posteriormente, y contando con dicho conocimiento, fue posible llevar a cabo la colaboración entre los tres países. (GIZ, s.f.).
Llegados a este punto, no es complicado reconocer que tanto la cooperación alemana como la cooperación japonesa han contribuido al desarrollo sostenible en México y al bienestar de los mexicanos. Por ejemplo, tal como destaca la AMEXCID (2019), la capacitación a los cardiólogos con la metodología TRI contribuye a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3; por otro lado, la cooperación con Alemania a través de la GIZ en los casos destacados ha contribuido a la protección ambiental y sumado a ODS como el 6,13 y el 15. Más importante aún, estos esfuerzos han tenido un efecto multiplicador en la región, ya que ambos países, como
socios estratégicos de México en cooperación técnica y científica, han impulsado en conjunto con México los proyectos con países vecinos en la región de América Latina y el Caribe, el área que la AMEXCID ha destacado como prioritaria para la oferta de cooperación.
En conclusión, la cooperación japonesa y alemana han sumado a la consecución del desarrollo sostenible en México y la región a través de diversos proyectos de cooperación científica y técnica en esquema triangular. Por lo tanto, considerando los éxitos en la cooperación internacional y teniendo presente que para construir mejor tras la pandemia por Covid-19 la colaboración es indispensable, la AMEXCID, así como el gobierno de México y las representaciones de México en el exterior deben continuar afianzando la relación entre ambos países para enfocar los próximos esfuerzos de cooperación en el impulso de soluciones que permitan una recuperación sostenible, inclusiva y verde que ponga en el centro a la ciencia y la tecnología y que permita construir mejor en México, para posteriormente aumentar los beneficios con la transferencia del conocimiento obtenido a otros países en Latinoamérica.
Referencias
AMEXCID. (2018). ¿Qué es la cooperación internacional para el desarrollo?. Gobierno de México. Disponible en: https://www.gob.mx/AMEXCID/acciones-y-programas/que-es-acooperacion-internacional-para-el-desarrollo-29339
AMEXCID. (s.f.) ¿Qué hacemos?. Gobierno de México. Disponible en: https://www.gob.mx/AMEXCID/que-hacemos AMEXCID. (2016). México y Japón difunden técnicas mínimamente invasivas entre cardiólogos latinoamericanos. Gobierno de México. Recuperado de: https://www.gob.mx/AMEXCID/prensa/curso-internacional-de-eneralizacion-de-las-tecnicasminimamente-invasivas-enfocadas-en-el-metodo-tri?idiom=es
GIZ. s.f. . Fondo regional para la cooperación triangular en América Latina y el Caribe Disponible en:https://www.giz.de/en/worldwide/11821.html GIZ. 2014. “Bolivia: Retos y tratamiento de aguas residuales y protección de cuerpos de agua con enfoque de adaptación al cambio climático” en Cooperación Triangular México-Alemania.
Hojas informativas. Ciudad de México: GIZ. GIZ, (s.f). Cooperación Triangular México – Alemania. GIZ. Disponible en https://www.giz.de/en/worldwide/36487.html
Miyamoto, K. (2016). Cooperación académica y científica entre Japón y México:/ Entrevistada por Sylvie Didou. Red sobre Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas. Medel, M . (2013). México y Alemania: socios estratégicos en la cooperación internacional para el desarrollo. Revista Mexicana de Política Exterior. 99(1). 77-96. Disponible en: https://revistadigital.sre.gob.mx/images/stories/numeros/n99/medel.pdf
Morales-Fajardo, M. & Mejía,M. (2020). Cooperación técnica y científica México-Japón con énfasis en la perspectiva sismológica. Oikos Polis, 5(2), 35-69. Recuperado en 22 de enero de 2022, de http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2415-22502020000200005&lng=es&tlng=es