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Por: Hans Reske / Redacción CIBEI Chile
Tras un inédito y ejemplar Plebiscito Constitucional en Chile, el pueblo chileno optó por rechazar en las urnas el Proyecto de Nueva Constitución elaborado por la Convención Constituyente, por una abrumadora mayoría, en el sufragio más amplio y legítimo de la Historia republicana de Chile.
La opción del Rechazo al Proyecto de Nueva Constitución triunfó con 7.882.958 votos, equivalente al 61,86% de los sufragios válidamente emitidos.
Por el contrario, la opción del Apruebo al Proyecto de Nueva Constitución, apenas alcanzó los 4.860.093 votos, equivalente a un minoritario 38,14% de los sufragios válidamente emitidos.
Altísima participación ciudadana
Cabe destacar, que de forma excepcional en un país que tiene al Sufragio como un derecho de ejercicio voluntario- lo que había llevado a una constante y creciente falta de participación en los procesos electorales-, en esta ocasión, para garantizar la legitimidad del proceso, el voto fue obligatorio.
Por ello, votaron 13.021.063 personas, una cifra histórica, récord en la historia electoral chilena, cercano al 85% del electorado total, en un contexto nacional que no solía superar el 50%.
Génesis del Proceso
El Proceso Constituyente nace en el calor del Estallido Social de 2019, en que el pueblo chileno salió a las calles pidiendo mejoras en su calidad de vida, redistribución de la riqueza, y mayor justicia social, expresado en muchas y variadas demandas: Salud pública digna, educación pública gratuita y de calidad, mejores pensiones, mayor seguridad.
Muchas de estas demandas habían sido discutidas previamente en el Congreso Nacional, siendo bloqueadas por los sectores más conservadores, que alegaban inconstitucionalidad de un proyecto de ley tras otro.
Por ello, estas demandas derivaron en la necesidad y el clamor popular de una Nueva Constitución para Chile. Con unas protestas sociales y su subsecuente represión policial y militar envueltas en una escalada de violencia, finalmente los principales partidos políticos acordaron transversalmente llamar a un Plebiscito Constitucional el año 2020.
El Plebiscito Constitucional de 2020 y la Convención Constituyente
En ese primer Plebiscito, el electorado chileno debía decidir si quería continuar con la Constitución Política de la República de 1980, o iniciar un nuevo Proceso Constituyente. La opción por iniciar un nuevo Proceso triunfó por un abrumador 78% de los votos válidamente emitidos.
A partir de eso, inició un Proceso Constituyente a través de una Convención Constitucional con miembros electos mediante sufragio popular. Un proceso que no estuvo exento de críticas cruzadas.
Rumbo al Fracaso
Por un lado, los sectores más conservadores, que no alcanzaron ni un tercio de los puestos en esta Convención, iniciaron una campaña de desprestigio constante, impulsando noticias falsas que deslegitimaban el trabajo de la Convención.
Pero lamentablemente, la Convención si cayó en excesos y actuaciones que rayaban en la burla, con espectáculos musicales en medio de las sesiones, convencionales asistiendo disfrazados, votando desde la ducha o aislando y silenciando las opiniones disidentes. El texto constitucional no parecía irse elaborando nunca, enfrascados como estuvieron los primeros meses en ponerse de acuerdo respecto a sus normas de funcionamiento interno, con luchas intestinas y escándalos de todo tipo.
El texto rechazado
Finalmente, durante el primer semestre de 2022, y encima del cumplimiento del plazo que se les había mandatado para entregar un Proyecto de Nueva Constitución, la Convención hizo entrega de un Proyecto que evidenciaba los resultados de un trabajo elaborado con prisa, desequilibrios y poco estudio.
Un texto que, si bien contenía catálogos de derechos amplios y una modernización del Estado chileno que prometía acercar a la República de Chile a estándares constitucionales europeos, también era demasiado extenso, sobre regulando algunos aspectos suntuarios, sub regulando algunas cuestiones sustanciales en la forma de un Estado, en las que nunca se alcanzaron acuerdos, e incluyendo aspectos que la población chilena jamás demandó en las calles de Octubre 2019.
Así, el texto fue rechazado por una amplia mayoría de los chilenos y chilenas.
¿Qué sigue?
Sin embargo, el Proceso ya no se puede detener. En 2020 un 78% de la población chilena votó por elaborar una Nueva Constitución para Chile, y simplemente en esta ocasión, un 61,86% votó por rechazar el proyecto que la Convención entregó para Chile.
Pese a la renuencia de los sectores más extremos a seguir con el Proceso Constituyente o a reconocer la legitimidad de los resultados del plebiscito, toca a los sectores más moderados de la política chilena seguir con la elaboración de un nuevo Pacto Social que -ahora si- interprete a todas y todos.