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Por: José Joaquín Gori*
DIPLOMACIA
La palabra diplomacia proviene del francés diplomatie y del inglés diplomatics, que a su vez derivan del latín diploma y éste del griego. El término se compone del vocablo, diplo, que significa doblado en dos, y del sufijo, ma, que hace referencia a un objeto.
Un diploma era un documento oficial, “una carta de recomendación o que otorgaba una licencia o privilegio”, por lo general dirigida por un Soberano a otro, pero en ocasiones sin un destinatario específico, en el que se estampaba el gran sello del Estado y con una terminología muy formal y grandilocuente se informaba que el poseedor desempeñaba funciones de representación oficial, solicitando por ello facilidades, inmunidades o ciertos privilegios para el funcionario. Dicho documento se caracterizaba por estar doblado, y en algunas ocasiones para mayor seguridad iba cosido o lacrado. De allí surge el concepto de que el portador del documento era un diplomático.
En su proceso evolutivo, al pasar por el latín, la palabra diploma fue adquiriendo distintos significados: “carta doblada en dos partes”, “documento emitido por un magistrado, asegurando al poseedor algún favor o privilegio”, y “carta de recomendación emitida por el Estado, otorgada a personas que viajaban a las provincias”. Siglos más tarde, en su tránsito por el francés y el inglés, el término amplió su alcance a otras actividades que guardaban relación con el manejo de documentos oficiales entre soberanos. En Francia, la expresión diplomatie hacía referencia “a todos los documentos solemnes emitidos por las cancillerías, especialmente aquellos que contenían acuerdos entre soberanos”. El término inglés diplomatics se utilizó específicamente en lo relativo a la ciencia de la autenticación de documentos antiguos y a la conservación de archivos: “el oficio de tratar con archivos y diplomas” fue conocido entre los gobiernos europeos como res diplomatica o asuntos diplomáticos, un elemento que según Harold Nicolson, “es aún vital para el funcionamiento de cualquier Servicio Exterior eficiente”.
Hacia finales del siglo XVIII, comenzaron a utilizarse los vocablos diplomatie, en Francia, y diplomacy, diplomat y diplomatist, en el Reino Unido, con referencia al “manejo de las relaciones y negociaciones entre naciones a través de oficiales del gobierno”. Desde entonces, en palabras de algunos autores, un diplomático es “una persona autorizada a negociar en nombre de un Estado”.
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Al término se le dan varios significados Se le emplea como equivalente de tacto, de política exterior, de negociación, de profesión del que se dedica al ramo del servicio exterior, etc. v.gr., “NN es muy diplomático”, “la diplomacia brasileña es muy profesional”, “ZZ se desempeña desde hace años en la diplomacia…”.
En sentido estricto y para los efectos específicos de las relaciones internacionales:
- ‘La diplomacia es la ciencia y el arte de la representación de los estados y de las negociaciones.’
- «aplicación de la inteligencia y el tacto en la conducción de relaciones oficiales entre gobiernos independientes» o la «conducción de negocios entre Estados por medios pacíficos«, (Satow’s Guide to Diplomatic Practice).
- ‘La diplomacia es el método para establecer, mantener y estrechar las relaciones oficiales entre los estados, mediante negociaciones efectuadas por Jefes de Estado o de Gobierno, Ministros de Relaciones Exteriores y agentes Diplomáticos.’
Persuadir y disuadir constituye, según clásica definición, la esencia de la diplomacia. Arte de dirigir el comercio con otros Estados, ciencia de las relaciones exteriores, comprende, de acuerdo a Martens, la ciencia y el arte de la negociación. En un sentido lato, incluye la técnica y los procedimientos con que se conducen las relaciones interestatales. La Enciclopedia Británica señala que la diplomacia es
«el arte, ciencia o práctica de conducir las relaciones entre las naciones o la manera en que se conducen las relaciones internacionales”.
Nicolson :
«Diplomacia es el manejo de las relaciones internacionales mediante la negociación; el método merced al cual se ajustan y manejan esas relaciones por medio de embajadores y enviados; el oficio o el arte del diplomático»
La diplomacia es profesión y oficio, ciencia y arte. Más que nada, es un arte: implica prudencia, persuasión, versatilidad, conciliación, tacto, elegancia en el actuar, manejo, intercambio, negociación. La diplomacia es un medio, el instrumento del que se valen los sujetos de derecho internacional para desarrollar sus relaciones en la sociedad internacional.
“De cualquier forma en que se la defina, la diplomacia lleva envuelta la idea e un mecanismo de vinculación entre los Estados y la comunidad internacional, la idea de la negociación y orientación de los Estados en la vida de relación con otros gobiernos«.
«El Derecho Diplomático es el conjunto de normas jurídicas destinadas a regular las relaciones entre los distintos órganos de los sujetos de Derecho Internacional, encargados temporal o permanentemente de sus relaciones exteriores» (Philippe Cahier).
En palabras simples, el derecho diplomático es el sistema internacional que regula el ejercicio de la diplomacia entre sujetos de derecho internacional.
Este concepto implica que el derecho internacional establece un procedimiento para la función diplomática y un conjunto de garantías para su ejercicio, aplicable a las relaciones entre sujetos del derecho internacional: Estados y otros sujetos a los que los Estados reconocen personería internacional (e.g. organismos internacionales, Santa Sede, Orden de Malta, Cruz Roja Internacional).
- “El manejo profesional de las relaciones entre soberanos” (Cohen)
- “Sentido común y comprensión aplicados a las relaciones internacionales. La aplicación de la inteligencia y el tacto a la dirección de las relaciones oficiales entre Gobiernos de Estados independientes” (Nicolson)
- “La conducción de las relaciones internacionales por negociación, más que por la fuerza, la propaganda, o el recurso del derecho, y por otros medios pacíficos – como recabar información o generar buena voluntad- que están directa o indirectamente diseñados para promover la negociación. Una actividad esencialmente política y una institución del sistema internacional” (Berridge)
- “El conjunto de reglas y métodos que permiten a un Estado instrumentar sus relaciones con otros sujetos del derecho internacional, con el doble objeto de promover la paz y cultivar una mentalidad universal fomentando la cooperación con dichos sujetos en los más diversos campos” (Cantilo)
OTRAS DESCRIPCIONES SOBRE LA DIPLOMACIA
Nota: este repertorio de citas sobre la diplomacia contiene algunas que han sido tomadas literalmente, aunque omito el autor. En otras, he adaptado o traducido la expresión. Cabe anotar, además, que muchas frases y citas han sido atribuidas sin certeza a personajes. Sir Henry Wotton, diplomático inglés, siempre negó que hubiera afirmado que un diplomático es un buen hombre enviado a mentir por su país. Al General De Gaulle, se le achaca esta sabia máxima, cuya autoría siempre negó:
“Hay tres formas de ir al infierno: Las mujeres – Los caballos – Creer en los expertos
De las cuales, los caballos es la más rápida, las mujeres la más agradable, pero creer en los expertos es la más segura e inexorable…”
(Si lo dijo o no lo dijo, es lo de menos. La moraleja es muy buena: cuanto más alejado un gobernante de los expertos, asesores y consejeros, mejor- JJG).
Algunas sentencias son pictóricas, pintorescas o descriptivas; otras, despectivas, peyorativas. Pero del conjunto destila el concepto de diplomacia: a.- es más arte que ciencia, b.- le son inherentes la paciencia y la prudencia, el tacto, la cautela y la previsión, en cierta forma la persistencia y la tenacidad, la sabiduría, la sagacidad y la elegancia, todo matizado con buena imaginación, cierto grado de audacia y una gran capacidad de adaptación. El buen diplomático es como un gentleman, alguien que siempre procura no incomodar; que cuando tiene que decir algo, lo dice en la forma más clara y menos ofensiva posible; que en su vestir, en su conversación, en su comportamiento nunca se desluce; que no desmerece a los demás, y que con tacto, firmeza, persuasión, habilidad y buena voluntad logra lo que otros creen que se consigue por la fuerza y mediante el atropello. Es alguien que no trata de pasar primero; que cuando entra a un negocio antes de dirigirse al dependiente se asegura de que no se encuentre atendiendo a otro cliente; que no entra a los sitios comiendo, o hablando por celular. En fin, una persona que entiende que la educación es, en esencia, no incomodar al prójimo.
- Hacer y decir las cosas más desagradables en la forma más agradable.
- Conectar el cerebro antes que la lengua.
- Pensarlo dos veces antes de no decir nada.
- La continuación de la guerra por medios pacíficos.
- Mandar a alguien al infierno y lograr que desee emprender el viaje.
- Cortarle el cuello al enemigo sin que el vecino se dé cuenta.
- Decir “que lindo perrito”, mientras busca una piedra para tirársela.
- Diplomático es un buen hombre enviado a mentir por su país.
- Cuando un diplomático dice si, quiere decir quizás; cuando dice quizás, quiere decir no; y si dice no, no es un buen diplomático.
- Un lenguaje diplomático tiene mil formas de no decir nada, pero ni una para decir algo.
- Es el arte de sumergirse en problemas sin salpicar.
- Es el arte de aceitar las ruedas de las relaciones internacionales.
- Diplomacia es la expresión de fortaleza nacional en términos de discurso caballeroso.
- Los inicios de la diplomacia ocurrieron cuando las primeras sociedades humanas decidieron que era mejor escuchar un mensaje que comerse al mensajero.
- Un diplomático es alguien que puede refrenar la lengua en varios idiomas.
- Un diplomático siempre sabe de qué hablar, pero no siempre habla de lo que sabe.
- Es alguien que elogia la vida de casados, pero permanece soltero.
- El principio de toma y dame es el principio de la diplomacia: dar uno y tomar diez.
- Los diplomáticos no tienen derecho a quejarse por meras mentiras; pues, educados como son, es su falta si las mentiras los engañan. (Henry Adams)
- “Si he lamentado mi silencio una vez, he lamentado mil veces mis palabras” (proverbio árabe)
- No decir nada, especialmente al hablar, es la mitad del arte de la diplomacia.
- Un diplomático es el que te deja exponer todo los que quieres mientras consigue lo que él quiere.
- “¿Cuál es la diferencia entre un diplomático y un militar? La respuesta es ninguno hace nada, pero el militar se levanta muy temprano en la mañana para no hacer nada con gran disciplina; mientras los diplomáticos se levantan a no hacerlo en la tarde, en absoluta confusión”
- Los diplomáticos sólo son útiles en buen tiempo; cuando llueve, se ahogan en cada gota de agua (De Gaulle).
- La diplomacia sin la fuerza, es como la música sin instrumentos (Federico el Grande).
- Los embajadores son designados para trocar los asuntos de estado en un estado de asuntos…
- Los tres requisitos básicos en la vida de un diplomático: protocolo, alcohol y autocontrol (en inglés, protocol, alcohol and self control).
- La política en traje de etiqueta (Napoleón).
- La diplomacia no debe juzgarse tanto por lo que obtiene sino por lo que previene.
Observaciones personales
- En algunas ocasiones, la inercia activa puede constituir una buena diplomacia: no hacer nada, pero no hacerlo activamente, con gran diligencia y aparatocidad. En la arena internacional hay que moverse como los cocodrilos, en forma imperceptible.
- En ocasiones consiste en apoyar ambas partes en una disputa, o a ninguna de las dos. Entre dos opciones, elegir ambas; ante la disyuntiva de contestar SI o NO a una pregunta, contestar “SI…y NO”.
- También puede consistir en apretar donde duele. Es el mejor argumento para que otros entren en razón. “Carga un gran mazo y habla suave. Te irá bien.”
- Se dice que para bailar tango hacen falta dos. No es tan cierto. Se puede bailar sólo… hasta que alguien nos muestre deseo de bailar en pareja. Esa es, más o menos, la forma en que actúa la diplomacia rusa: Stalin se mantenía inconmovible ante las aproximaciones de Churchill. Cualquiera que fuera la propuesta, exigía siempre mayores auxilios y la apertura de un segundo frente. Igual comportamiento se mantuvo durante la guerra fría. Las negociaciones para la limitación de armamentos se caracterizaban en que los soviéticos se mantenían en la misma posición, sin ceder un ápice, hasta que la contraparte cedía. Sólo cuando Kennedy ordenó el bloqueo a Cuba cedieron, pero en secreto negociaron un compromiso de que los EE.UU. no invadirían Cuba. Alguna vez Un negociador estadounidense, exasperado, le espetó a su contraparte rusa: “para bailar se necesitan dos”. “No siempre” contestó imperturbable el ruso. “En mi pueblo todos los domingos había baile en un gran salón. Para sacar a bailar a una dama había que atravesar el salón a la vista de todos, y se corría el riesgo de que ella se negara. Yo lo que hacía era bailar con una escoba, y si una chica me sonreía es porque me aceptaría la invitación. Por lo que cuando la invitaba iba sobre seguro. Como ve, no siempre se necesitan dos para bailar”.
Como expresión compuesta, el término adquiere significación especial:
- Diplomacia bilateral: la que se lleva a cabo entre dos partes;
- Diplomacia multilateral: en conferencias y organismos internacionales;
- Diplomacia preventiva: acciones para prevenir conflictos. Con referencia a Bush, utilización del apotegma “el que pega primero, pega dos veces”.
- Diplomacia del Ping Pong: un eficaz medio de distensionar las relaciones entre los Estados Unidos y China Continental. Por el año 1970, los contactos se iniciaron en torno a delegaciones para jugar tenis de mesa.
- Diplomacia de las cañoneras: inicialmente, frente a China, por referencia a las amenazas británicas y estadounidenses de proteger sus intereses en China con la fuerza de sus naves de guerra. En sentido lato, una política exterior reforzada con amenaza del poderío naval.
- Diplomacia del dólar: aparece por 1912, con la idea del Secretario de Estado Taft (luego Presidente), de sustituir las balas por dólares. Identifica la presión económica en las relaciones internacionales. En sus inicios, se aplicó a Centroamérica, y luego se extendió a Latinoamérica, el Lejano Oriente y Asia.
- Diplomacia de los medios: la utilización de los medios masivos de comunicaciones para manejar la diplomacia.
- Diplomacia en la Cumbre: la que se supone realizan los jefes de Estado y de Gobierno en sus “cumbres”. La verdad, personajes tan encumbrados al reunirse, si improvisan, pueden echar por tierra meses de paciente esfuerzo de los diplomáticos profesionales, no tan encumbrados.
- Diplomacia silenciosa: la preferida de Kissinger, tras bambalinas, sin aspavientos, discreta. La más efectiva.
- Diplomacia paralela: la acción que evade el conducto regular de la Cancillería;
- Diplomacia ambiental: la gestión internacional que procura conciliar intereses comunes sobre medio ambiente.
- Diplomacia del desarrollo: ídem, con respecto al desarrollo.
- Diplomacia pública: la que se consulta en foros públicos;
- Diplomacia multidimensional: la que se pretende que pueden desarrollar por fuera del marco de gestión gubernamental las sociedades civiles, la academia y otros estamentos nacionales.
- Diplomacia digital, nueva especie del género anterior, que se refiere a campañas patrocinadas, coordinadas u organizadas por el servicio exterior de un país a través de las redes sociales de Internet. Puede resultar un bumerán. Pues las campañas se pueden salir de las manos.
(Nota: los conceptos de diplomacia pública y diplomacia multidimensional constituyen en cierta forma una contradicción en términos con el concepto primigenio de la diplomacia. Ciertos aspectos de las relaciones internacionales no sólo pueden ser debatidos en público, sino que aún pueden ser impulsados por acciones no estatales. Pero otros, como cualquier negociación delicada, una delimitación fronteriza, un recurso para dirimir una disputa internacional o una reclamación diplomática, requieren de discreción y reserva. No pueden someterse a debate público. La respuesta no sería más que una vocinglería, y los resultados de esa grita indescifrable por lo general serán opuestos a los mismos fines de la diplomacia. Es por esa razón que los gobernados delegan en sus representantes elegidos, y específicamente en su primer mandatario, la función de dirigir las relaciones diplomáticas. Siempre bajo control y supervisión, en toda sociedad democrática, de un órgano representativo del pueblo: el Legislativo).
Al vaivén de las circunstancias se acuñan diversas expresiones, que en ocasiones responden a las peculiaridades de un orden determinado de cosas, y en otras son meros eufemismos: diplomacia de la guerra, ha llamado un diplomático egipcio la hábil gestión de su país para revertir los desastrosos resultados de la guerra con Israel (1967). En sentido similar, Pastrana utilizó el término contrario, diplomacia por la paz, para referirse a sus negociaciones con la guerrilla, y las gestiones internacionales para que la comunidad internacional fuera partícipe en la tarea. Otro término de reciente aparición, diplomacia intercultural, se refiere a la acción internacional para aproximar culturas y religiones disímiles, evitando enfrentamientos, tal como la llamada “Alianza de Civilizaciones”.
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EMBAJADOR, JEFE DE MISION
En diplomacia un Embajador es un jefe de misión diplomática acreditado con ese rango por un Jefe de Estado ante otro Jefe de Estado.
Ante la ausencia del jefe titular (es decir, del Embajador) la misión puede quedar temporalmente a cargo de un Encargado de Negocios a.i (ad interim), un jefe interino.
El término Embajador, viene del francés “ambascia”, que significa misión o encargo. Por costumbre se los denomina “Extraordinarios y Plenipotenciarios”. Lo primero es reminiscencia de épocas antiguas, en que la embajada era temporal, transitoria, para una misión específica. Hoy en día los embajadores extraordinarios son por lo general ordinarios, sobre todo los nuestros, tanto en el sentido común de la expresión (v.gr., el ordinario de Moreno de Caro) como por referencia al carácter temporal de su misión: son ordinarios en tanto son permanentes, pues establecida la Embajada, la misión se mantiene. Por lo que hace a su condición de plenipotenciarios, lo fueron en el Renacimiento. Hoy en día sus plenos poderes son sólo para negociar, y si acaso, firmar compromisos internacionales con el Estado ante el cual se encuentran acreditados. La firma de un tratado por un Embajador por regla general no obliga. El compromiso para que obligue queda sujeto a un trámite posterior de ratificación, o algún acto internacional equivalente por el que el respectivo Estado manifieste su voluntad en obligarse definitivamente por el instrumento.
En realidad, a la luz de la Convención de Viena de 1961 no existe diferencia de categoría en razón de la denominación del Jefe de Misión, con tal de que sea acreditado como tal. Con el mismo rango de Embajador la Santa Sede acredita a los Nuncios, y entre los países del Commonwealth se intercambian High Comissioners (Altos Comisionados).
A los Embajadores, en virtud de su representación personal del Soberano, se les reconocía el derecho de audiencia con el Soberano del país anfitrión. Todavía se estila hablar de “Embajadores … cerca de la Corte…”. Aquello, por cuanto en épocas de reyes, príncipes y soberanos, su acreditación y órbita de acción era ante la corte del respectivo soberano. El derecho de audiencia es un privilegio que ha caído en desuso, pero que todavía se respeta y practica en algunos países: sólo pueden entrevistarse en audiencia con el Jefe del Estado o de Gobierno (incluso, en algunos, con el propio Ministro de RR.EE.) los jefes de misión titulares: embajadores o jefes de misión acreditados con rango equivalente, lo que de hecho precluye a los encargados de negocios.
El término identifica en primer lugar, el cargo o función de Embajador, es decir, un jefe de misión diplomática acreditado ante otro Estado: “NN, Embajador de Colombia”. Se utiliza también para aclarar o identificar el rango de un jefe de misión permanente o alterno ante un organismo internacional: “NN, Embajador, Jefe de la Misión Permanente de Colombia ante la ONU”, “NN, Embajador Alterno ante la OEA”. Asimismo, puede fungir para darle rango al jefe o un alto miembro de una misión especial o ad hoc: ”ZZ, Embajador en misión especial”. En el mismo orden de ideas existe la práctica de nombrar embajadores itinerantes (ambassador at large), que con ese rango son acreditados o despachados en misiones especiales, transitorias o determinadas (por ejemplo, para negociaciones comerciales); no permanentes. El título de embajador también puede indicar un rango o categoría en el escalafón de la Carrera Diplomática, y en tal sentido precede al nombre, al igual que con los rangos militares: “General Matamoros”, “Embajador Paz Guerrero”.
A los Embajadores en funciones, en el tratamiento escrito se les dice “Su Excelencia”, o “Vuestra Excelencia”, que remplaza al vocativo “usted”. La correspondencia se redacta en tercera persona, remplazando en cada lugar tal vocativo: “Adjunto, encontrará Vuestra Excelencia (no “usted”) el reporte rendido por las autoridades en relación con el incidente fronterizo …”. En el trato personal no hay reglas. Se los puede tratar de “señor Embajador”, o simplemente, “Embajador”, dependiendo de que quién lo trate sea inferior, en el primer caso, o igual o superior en jerarquía, para el segundo. Un tratamiento verbal más pomposo, para ocasiones solemnes, apropiado para un oficial de Protocolo, sería el de “Excelencia”…: “Siga, Excelencia; el Ministro lo espera…”.
CÓNSUL
La expresión viene de consultar. El Embajador, y por extensión, el agente diplomático, llevan la representación política de su Estado, y en cuanto a los Embajadores, también la del Soberano o respectivo Jefe de Estado y del Gobierno que lo acredita. El Cónsul, si bien también representa a su Estado es en realidad un funcionario enviado al exterior para desempeñar ciertas funciones legales de tipo notarial, registral y similares, y al que se encarga de velar por la protección de los intereses de tipo comercial y de los nacionales del Estado que lo envía. Sólo excepcionalmente ejerce funciones diplomáticas. Las funciones consulares son casi siempre de tipo legal, relativas a las leyes de su propio país, o al deber de proteger y asistir a sus nacionales. El diplomático representa a su Estado a toda hora, ante todo el Estado anfitrión y en todo su territorio. El Cónsul y los agentes consulares actúan ante las autoridades de su jurisdicción consular, que puede coincidir con todo el territorio del Estado receptor o limitarse a parte de ese territorio.
Como los privilegios e inmunidades de ambas categorías de agentes se conceden para el ejercicio eficaz de las funciones, las inmunidades de los agentes diplomáticas son mayores que las de los agentes consulares.
Un diplomático puede cumplir funciones consulares, siempre que el Estado receptor lo acepte. En tal evento aunque se lo conozca como cónsul en realidad su acreditación, y los consiguientes privilegios e inmunidades, serán los correspondientes a su cargo diplomático (Consejero, Primer Secretario, Segundo Secretario…Encargado de Funciones Consulares).
CANCILLER O CANCILLERIA
Del latín cancellarius, bajo el Imperio Romano se utilizaba para designar un funcionario judicial. En términos generales, la expresión nace para referirse a la persona que tiene a su cargo la custodia de los sellos reales o del Estado, estampados en documentos que conferían o reclamaban privilegios o prerrogativas, o acreditaban a alguien con carácter especial. El oficio de Canciller, así, viene a confundirse con un funcionario con alguna función de estilo notarial: imprimirle carácter oficial, solemne, a los documentos, mediante los sellos que están bajo su custodia. Pero el que custodiaba los sellos era quién a la larga tenía el poder de darle valor a los documentos. Por lo que con el tiempo el término se ha extendido a ciertos altos funcionarios (ministros de relaciones exteriores, jefes de gobierno) del Estado, al tiempo que a funcionarios menores que en una sociedad de tipo académico, social, cultural, desempeñan funciones de oficial mayor, o secretario ejecutivo (entre nosotros, por ejemplo, el Director General del Protocolo es el Canciller de la Orden de San Carlos y de la Orden de Boyacá).
En los países latinoamericanos como Canciller se identifica al Ministro de Relaciones Exteriores, y por extensión el Despacho de Relaciones Exteriores se conoce como Cancillería. Con algo de pedantería, las cancillerías se conocen también por el nombre del palacio o sede en donde funcionan: “Cancillería de San Carlos” (Colombia) “Cancillería de Itamaraty” (Brasil), “Cancillería de Torre Tagle” (Perú). Al utilizar estos términos – con los que se pretende mostrar desenvoltura, familiaridad en el manejo de la jerga diplomática – hay que tener en cuenta que no siempre corresponden a denominaciones oficiales. Por ejemplo, coloquialmente la oficina del Primer Ministro británico se conoce como Number 10 (por la dirección,10 Downing Street).
El cargo de Canciller, en ciertos países, puede corresponder también al rango más bajo de la Carrera Diplomática (inferior a Tercer Secretario) o a un cargo en una misión diplomática que oscila entre los funcionarios diplomáticos y los administrativos. Puede ser el más alto cargo administrativo en una misión, con algunos privilegios diplomáticos que dependen de la forma en que haya sido acreditado el funcionario y las normas locales. En el servicio exterior colombiano es un cargo administrativo de las misiones en el exterior, sin carácter diplomático.
Otros usos
- En la monarquía española era el título de la persona encargada de la custodia y guardia del sello real: Canciller mayor: secretario encargado del sello real, con el que autorizaba los privilegios y cartas reales; Canciller del sello de la Puridad: custodiaba el sello secreto que se ponía en las cartas que el rey daba por sí; Canciller de Castilla: tenía a su cargo los sellos reales para autorizar cartas o provisiones regias; Gran Canciller de las Indias: tenía a su cargo los sellos reales para autorizar las cartas y provisiones tocantes a las Indias Occidentales.
- Canciller también es el título que se le otorga en Alemania y Austria al Jefe de Gobierno, equivalente a Primer Ministro.
- Cargo de las antiguas universidades del que gozaba de la autoridad y prerrogativas pontificias y regias para otorgar los distintos grados universitarios.
- En las Universidades Católicas el Canciller o Gran Canciller es el máximo cargo jerárquico y representante de la Santa Sede. En muchas universidades del mundo anglosajón es la máxima autoridad o rector del gobierno universitario.
- En el Reino Unido el Canciller del Échiquier (Chancellor of the Exchequer) es un funcionario gubernamental en cierta forma equivalente a ministro de economía. Churchill fue Chancellor of the Exchequer. Por su parte, el Lord Chancellor (Lit, Lord Canciller) es un ministro con un papel judicial ante los tribunales. En cierta forma, un ministro de justicia. Hasta el 2006 era también presidente de la Cámara de los Lores.
*Algunas citas fueron tomadas de Wikipedia
*José Joaquín Gori: Doctor en Jurisprudencia de la Universidad del Rosario con Especialización en Derecho Internacional y Diplomacia de Universidad de Oxford. Se ha desempeñado dentro de la carrera diplomática como Embajador de Colombia en República Dominicana, Barbados, Antigua y Barbuda y Belice. Asimismo como Ministro Plenipotenciario, Cónsul, Jefe de la Sección de Tratados Internacionales, Consejero, Encargado de Negocios Ad Hoc y Director General de la Academia Diplomática de San Carlos. Como funcionario público ha sido apoderado judicial del Ministerio de Relaciones Exteriores en procesos ante la Corte Constitucional, Consejo de Estado, Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca y otras instancias judiciales. En el mundo académico se ha ocupado como catedrático de la Universidad del Rosario, Academia Diplomática de San Carlos, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Universidad Católica de Santo Domingo en República Dominicana y Universidad Sergio Arboleda. Ha participado como conferencista en seminarios, talleres, diplomados y otros eventos académicos sobre derecho internacional público y privado, notariado, práctica diplomática y relaciones internacionales