Por Diana Milena Carvajal Ardila / Redacción CIBEI Colombia
El sistema internacional sigue en constantes transformaciones debido a los acelerados cambios en la configuración de los nuevos polos de poder que forjan grandes movimientos geopolíticos y geoeconómicos; este es el caso de los países que forman la región Asia-Pacifico (países miembros de la Asociación del Sudeste Asiático -ASEAN), además de países como China, Japón, Corra del Norte, Corea del Sur, y Taiwán, esta zona ha cobrado gran relevancia en los últimos años porque ha demostrado “principalmente un crecimiento económico muy rápido, sin precedente histórico alguno, ni parangón internacional (…) se ha visto acompañado de una profunda transformación estructural y una mejora sustancial en el nivel y calidad de vida” (Pou, 2015, p. 197), esto se traduce en el desplazamiento progresivo del poder económico a esta zona.
Por lo anterior es pertinente analizar la política exterior Colombiana los últimos años, tomando como referente las relaciones diplomáticas con China pues es el eje de gravedad del polo Asia- Pacifico.
Aunque históricamente la política Colombiana ha estado enfocada en la doctrina Respice Polum (Mirar hacia el norte) presente desde finales de la década de 1910, donde se alineó de forma casi incondicional con los Estados Unidos, que dejó de lado otras posibilidades de relacionamiento con el resto del mundo” (Arroyave, 2017, p. 416), no obstante, en los últimos años la agenda de la política exterior ha empezado a abrirse hacia un nuevo panorama con miras de fortalecer su posición en la región Asia Pacifico aunque de manera tardía, frente a países de la región como México, Chile y Perú que desde la década de los 90`s hacen parte del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico (APEC).
Sin embargo, vale la pena resaltar que desde el año 2007 se han realizado acercamientos a esta región con el fin de lograr los objetivos y lineamientos de su política exterior de “seguir diversificando estratégicamente su agenda (..) profundizando sus relaciones históricas, e identificando nuevos escenarios y áreas de convergencia” (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2021), para aprovechar la posición privilegiada en términos geoambiantales, geoeconómicos y geopolíticos por su condición de país biooceánico, lo cual requiere “una política integral de mares y océanos, de carácter multidimensional, y con un componente específicamente dirigido a estimular el desarrollo de los dos litorales” (Ibidem, 2021).
Estos cambios se han dado también por la presencia de China en América Latina como uno de los mayores prestamistas, inversores y socios comerciales, particularmente esto se ha venido reflejando en el fortalecimiento de la cooperación bilateral con miras de fortalecer el comercio y la inversión debido que en la actualidad es el segundo socio comercial más importante, luego de 40 años de relaciones bilaterales, estos lasos se han estrechado aún más con las grandes inversiones de empresas en materia de infraestructura, energías renovables, telecomunicaciones y recientemente en la cooperación anti pandémica.
No obstante, el principal reto de Colombia además de seguir cooperando en los temas tradicionales, es generar una adecuada articulación en temas como fomentar la cooperación en materia agropecuaria que desarrolle el campo por medio de transferencias e incorporación de tecnologías para para aumentar la productividad y generando bienes con mayor valor agregado, teniendo en cuenta que Colombia se perfila como una despensa agroalimentaria para el mundo teniendo en cuenta que el sector primario es la base de la economía del país, según el IGAC de las 22 millones de hectáreas aptas para el cultivo tan solo se usan 5,3 millones, este potencial constituye una oportunidad para la transformación del campo colombiano sobre todo al pequeño y mediano productor garantizando “la creación de capital humano y productivo por medio de la reinversión en la educación y la creación de empresa en zonas menos desarrolladas” (Pastrana Buelvas, & Gehring, 2015) con el fin de superar el modelo a exportaciones minero-energéticas, además de satisfacer la demanda actual y la futura ya que Asia es una de la zona con mayor fluctuación demográfica y dichos cambios impactan en el concepto de la seguridad multidimensional que trascienden más allá del concepto tradicional de amenazas de carácter militar.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
-Arroyave, M. (2017). La proyección de China en América Latina y el Caribe (1st ed.). Bogotá: Eduardo Pastrana Buelvas & Hebert Gehring
– Pastrana Buelvas, E., & Gehring, H. (2015). Política exterior colombiana: Escenarios y desafíos en el posconflicto (21st ed.).
-Pou, V. (2015). Relaciones internacionales, geopolítica y economía mundial. Lleida: Milenio.
–Ministerio de Relaciones Exteriores. (2021). Principios y lineamientos de la política Exterior Colombiana 2019-2022” política exterior responsable, innovadora y constructiva. Consultado en: https://www.cancilleria.gov.co/principios-y-lineamientos-la-politica-exterior-colombiana